NOTA IMPORTANTE: LO RECOGIDO AQUÍ ES FICITICIO Y FORMA PARTE DEL CONTENIDO EXTRA DEL LIBRO LA BIOGRAFÍA DEL DOLOR

Stanley Park. Un lugar donde perderse. Un parque memorable. El pulmón de la ciudad, mi ciudad, mi querida y preciosa Vancouver, en la que crecía tranquila porque no imaginaba que escondiera peligros como los que se cruzaron un día en mi camino.

Stanley Park, el lugar en el que perdí la respiración, en el que me quedé sin aliento, en el que me robaron la energía necesaria para vivir. El comienzo de la era del dolor. Del mío. Del de mis padres.

Las cosas no tienen el mismo significado para distintas personas. Cuando sucedió aquello, mi familia quedó devastada. Buscaron formas de salir del pozo, de ayudarme a sanar. Pero yo había emprendido una caída libre de la que nunca me recuperaría. Después de la agresión que sufrí, el mundo era negro, sin matices, sin color. Ya nada tenía sentido.

Ya nunca volvió a tenerlo. Tuve que dejarme ir…