¿Qué son los recuerdos? ¿Son una materia inconsistente que reside en un lugar profundo de nuestro cerebro o son etéreas composiciones que se desvanecen al cerrar los ojos? ¿Existen? ¿Residen en algún lugar? Tal vez son sólo elucubraciones, inventos oportunos que llenan un vacío existencial para el que no encontramos una explicación mejor.

Carlos y Diana han logrado construir el sueño que siempre habían querido para ellos. La vida les sonríe. Su relación es fuerte y, a pesar de los años, siguen estando tan enamorados como el primer día. Han decidido no tener hijos, porque conllevarían unas ataduras que no están dispuestos a soportar. Quieren ser libres y seguir disfrutando de su trabajo y de todo lo que la vida ha decidido regalarles. 

Carlos tiene una empresa de deportes acuáticos y le va muy bien. Tiene monitores de paddle surf, de piragüismo, de esquí acuático, de esnórkel, de surf, de windsurf e incluso de vela. Organiza importantes eventos y competiciones, lo cual culmina el proyecto profesional de su vida muy por encima de lo que esperaba. Diana, por su parte, es una alta ejecutiva de una empresa hotelera. Ha trabajado duro para labrarse una reputación intachable y convertirse en un activo imprescindible para su empresa. Viven en una preciosa villa con vistas espectaculares al océano, el cual les enamora a partes iguales. A pesar de que parecen haberse instalado en esa idílica forma de vida, tendrán que afrontar una dura prueba que nunca imaginaron que pudiera cruzarse en su camino. La pregunta es simple, ¿lo lograrán? Hasta las parejas más fuertes pueden llegar a desmoronarse.

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