
En los últimos días, en mi cuenta principal de Instagram (@ariel_zorion para mis publicaciones en español y @arielzorionbooks para las que hago en inglés), he estado preguntando tanto a través de Stories como en alguna publicación (post) qué opinaba la mayoría sobre los distintos tipos de bloqueos. Un altísimo porcentaje de personas cree que son reales, tanto los que sufren los escritores, como también algo que yo desconocía hasta hace poco, que es lo que se conoce como el bloqueo lector.
Entre las causas que algunos apuntaban en los comentarios, están el cansancio físico o emocional, la sobrecarga de trabajo, el estrés e, incluso, el querer abarcar demasiado y tratar de cumplir con metas en las Lecturas Conjuntas y con las colaboraciones, por ejemplo. También se hablaba de nuestro nivel de autoexigencia e inseguridades, los cuales a veces nos impiden avanzar y nos hacen dudar si lo que estamos escribiendo (en este caso) tiene suficiente calidad.
Por otra parte, se apuntaban otro tipo de razones que lo provocan, como puede ser algún tipo de enfermedad, ya sea física o mental, o preocupaciones que nos impiden concentrarnos. Y finalmente, hubo un comentario muy llamativo que hacía referencia a cuando nos gusta tantísimo un libro que necesitamos un tiempo de desconexión para poder afrontar una nueva lectura de manera ecuánime y sin compararla con el anterior.
A través de unos vídeos cortitos, los famosos reels de Instagram, he compartido algunos consejos que recopilo aquí junto con alguno más que he extraído de los comentarios que han dejado en el post y otros de cosecha propia. Leedlos con atención y no dudéis en contarme si echáis en falta alguno, ya que esto sirve para ayudarnos entre todos a prevenirlos antes de que se produzcan y poder usar algunas estrategias que sean eficaces para combatirlos.

- Desconectar. Si te empeñas en seguir leyendo o estar sentado o sentada delante del ordenador cuando estás bloqueado, lo más normal es que el bloqueo se haga mayor y encima acabes agobiándote.
- Salir de casa. El aire libre siempre nos despeja la mente.
- Ventila la habitación. Puede que haya acumulado más dióxido de carbono del que crees y eso te impide pensar con claridad. Desde que tengo un medidor de CO2 en casa, he descubierto lo rápido que suben sus niveles cuando está todo cerrado.
- Dar un paseo. Ya los autores clásicos (creo que uno era Charles Dickens y otra Agatha Christie) decían, que cuando se bloqueaban, lo que hacían era salir a dar una vuelta.
- Practicar deporte, a ser posible uno que te guste aunque, en todo caso, cualquier tipo de deporte ayuda.
- Escuchar música. La música conecta directamente con nuestras emociones. ¿No te parece una manera sencilla y maravillosa de romper un bloqueo?
- Bailar. Relacionado con la música y el deporte. Bailar es divertido, nos hace sentir bien, nos conecta incluso con nuestra parte más juguetona. Baila hasta que salga el sol.
- Quedar con amigos. Estar con los colegas siempre es una solución ideal para muchas cosas. Eso sí, si te empeñas en hablar una vez y otra de que estás bloqueado, no vas a salir de ahí. Aprovecha la buena compañía para hablar de otras cosas.
- Conversar sobre otros temas, ya sea con amigos, en una red social, llamando por teléfono a alguien… Lo importante es no rumiar pensamientos relativos a que nos sentimos bloqueados.
- Leer cosas triviales. Cuando leas y tengas la impresión de que no te estás enterando de nada, puedes probar a leer cosas superficiales que no requieren demasiada concentración. Algunos lectores me han dicho que les funciona.
- Meditar. Igual pensáis que la meditación la utilizo como método recurrente para todo, pero es que es cierto que resulta muy útil. A veces basta con pararse a respirar un minuto y concentrarte únicamente en tu respiración para que todo vuelva a su sitio. Es un recurso relativamente sencillo y, como se suele decir, que no pide de comer (es decir, que es gratis, jeje). ¿Por qué no utilizarlo? Y si quieres profundizar más en tus meditaciones, adelante. Seguro que obtienes beneficios.
- Hidratarte. Lo mejor, por supuesto, es beber agua. Cuando el cerebro no está suficientemente hidratado, el pensamiento puede ser borroso. A veces, beber alguna bebida con cafeína también ayuda a despejarnos (según la hora del día y las que hayas tomado ya), así como tomar algo de azúcar (a ser posible, el presente de forma natural en alimentos como la fruta).
- Darle su justa importancia. Somos humanos, no máquinas. Unos días nos sentimos mejor y otros no podemos con la vida. Pues no pasa nada porque, al final, todos los días sale el sol y, como dice una frase por ahí, si no sale, se dibuja.
- Si te gusta pintar, dibujar, hacer esculturas o cualquier tipo de manualidad puede ser el momento perfecto. Y si no se te ocurre nada, ¿qué hay de malo en copiar un modelo hasta que venga la inspiración? No hay más que abrir Pinterest para encontrar millones de sugerencias.
Por suerte, creo que hasta la fecha no he sentido ninguno de estos tipos de bloqueo. Sólo recuerdo haber experimentado algo parecido una sola vez cuando estaba estudiando el instituto antes de un examen final, pero claro había apurado demasiado y veía que no me daba tiempo.
Como escritora, nunca he atravesado por un bloqueo creativo (hasta la fecha). Puede que un día no tenga ideas para un libro concreto, pero entonces escribo un artículo para la web, o un relato corto para algún certamen o escribo otros de los varios libros que siempre tengo en mente escribir. Es decir, que me abro a mí misma tantas opciones que, si algún día me bloqueo, me temo que va a ser bloqueo total.
Espero que no llegue nunca ese día.
No dudes en dejar en comentarios tu opinión.
GRACIAS POR LEER
SUSCRÍBETE PARA NO PERDERTE LAS NOVEDADES
Deja una respuesta