INTERCONECTADOS


Sinopsis

Vivimos en la sociedad de las pantallas. Creemos que esto nos mantiene conectados y tenemos la sensación de no estar nunca solos porque siempre hay alguien al otro lado con el que poder entablar algún tipo de contacto. Sin darnos cuenta, nuestra vida real se funde con la virtual hasta no dejar rastro de la persona que éramos. ¿Puedes llegar a diluirte sin más en ese mar de cables y en su enmarañado código binario? Todo depende de ti…

Capítulo 1

INTERCONECTADOS

Seguía sentada frente al ordenador. ¿Cuánto tiempo llevaba así? No podía hacerse una idea. La página de contactos estaba abierta en un segundo plano mientras se decidía a entrar en ella y darse de alta. ¿Por qué le costaba tanto tomar decisiones? Hasta una tan simple como aquella. En cualquier caso, algo tenía que hacer. Desde que Luisa, su inseparable amiga, había empezado a salir con Daniel, se sentía más sola de lo habitual. Y eso era decir demasiado porque le parecía que nunca había encajado en ningún sitio. Estaba tan harta de todo.

Desde que era pequeña, le había costado mucho relacionarse con los demás. Esa maldita timidez la había atado de pies y manos toda su vida, y no había sido capaz de superarla con el paso de los años. Sentía una especie de indefensión aprendida y un bloqueo casi extracorpóreo cuando tenía que enfrentarse a situaciones sociales que implicaban interactuar con desconocidos. Pero, además, lo peor de todo era que los desconocidos pocas veces pasaban a ser conocidos, puesto que nunca se le ocurrían temas de los que hablar. Y, por supuesto, nunca era ella la que rompía el hielo o iniciaba una conversación. Eso era casi impensable. Ya se encargaba de ello Luisa. ¿Cómo iba a atreverse entonces a tener una cita con alguien con quien sólo hubiera interaccionado por internet? De eso, se preocuparía más adelante. Tal vez no fuera necesario conocerse y bastara con tener a alguien al otro lado de la pantalla. Al fin y al cabo, era una forma de sentirse conectada y, al mismo tiempo, ahuyentar esa maldita sensación de soledad y abandono. 

Hacía ya mucho tiempo desde que tuvo su última cita. Y, como solía ser habitual, no había salido demasiado bien. Las pocas veces que había salido con hombres, habían sido gracias a citas dobles en las que Luisa invitaba a algún amigo de su pareja de turno. Ninguna relación demasiado en serio. Pero ahora… Con Daniel parecía que las cosas iban en serio. ¡Maldita sea! La tenía absorbida. Ya casi no tenía tiempo para nada más. Nunca antes había sido así. Y ella seguía necesitando a su amiga. ¿Con quién iba a salir ahora? ¿Con quién iba a hablar? No le apetecía nada tener que buscar nuevos amigos.

La rabia hizo que se metiera en la web de contactos sin más dilación. Se sorprendió a sí misma al decidirse a hacerlo, ella que siempre se mostraba dubitativa ante la decisión más nimia. Se registró y rellenó todos los datos, aunque maquilló sensiblemente la realidad. Para ser sinceros, eso es quedarse corto porque nada de lo que estaba escribiendo tenía parecido alguno con la realidad. Nunca se había sentido cómoda en su piel, esa era la verdad. ¿Por qué no inventarse un yo alternativo, entonces? No entrañaba ningún peligro, que ella supiera. Ni siquiera tendría que usar su verdadero nombre si no quería. En la red podría mostrarse tal y como le gustaría ser en realidad. De manera casi compulsiva, empezó a cumplimentar el formulario.

CONTINUARÁ…

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