Agradece que no es poco


Vivimos una etapa difícil, en un mundo que está enfermo, atacado por un virus cruel e inmisericorde. Hay veces que hasta dan ganas de rendirse. Es verdad. Pero eso no significa que haya que hacerlo porque si algo caracteriza al ser humano es que cuando se cae, se levanta y encima sale reforzado. Por eso, no podemos permitir que el virus ataque nuestro humor hasta el punto de que nuestro ánimo se torne negro como el carbón. Es hora de tomar el control de nuestra vida. Es hora de decir basta.

Photo by Evelyn Chong on Pexels.com

Cada día que nos quejamos, cada vez que nos lamentamos por la situación, cada instante en el que consideramos que tener que llevar mascarilla es una especie de tortura, que no poder hacer la vida que habíamos hecho hasta hace apenas un año es algo terrible y tedioso, se nos olvida que entre lamento y lamento se nos está escapando la vida y que este tiempo que parece estar entre paréntesis, no lo recuperaremos jamás.

Photo by Johannes Rapprich on Pexels.com

Casi al mismo ritmo que el virus, empezó a proliferar el mal humor y el desánimo. Se propagan como la pólvora comentarios y noticias tóxicas que nos ponen de mal humor, que nos enfadan y que nos agrian poco a poco el carácter. Y es comprensible para todos aquellos que han sufrido la enfermedad de cerca, en carne propia o en la de un familiar, o a los que el confinamiento les ha desencadenado un trastorno psicológico. Para todos los demás, no hay excusa. Hay que poner el freno y hay que ponerlo ya para sacar del fango a los que se han quedado atascados en un duelo no resuelto.

Se nos ha olvidado que cada día hay infinitos motivos por los que merece la pena estar agradecidos porque, ya el simple hecho de estar aquí un día más, es para agradecerlo. Respirar, poder salir a la calle o, cuando no podíamos, tener un techo que nos cobije y, con suerte, poderlo además compartir con personas a las que queremos, nos hace ser ricos. La práctica de la meditación, una de ellas al menos, nos invita a ser agradecidos y a observar con mente abierta todo aquello que nos rodea y que nos hace afortunados. El mindfulness nos empuja a prestar atención al momento, una atención abierta, despierta, sin juicios ni prejuicios.

Photo by Charlotte May on Pexels.com

No te sometas al virus, no te dejes influenciar por el mal ambiente reinante. Protagoniza el cambio que se necesita. Sonríe porque, aunque las mascarilla tape tu boca, tus ojos siguen sonriendo. Deja que los demás vean en ellos la energía que desprendes, el ánimo, la valentía.

Da las gracias. Prueba la sensación que te llena cuando las das. Es algo mágico. Haz que sea un agradecimiento sincero, aunque sea por un detalle ínfimo y emborráchate de esa mágica explosión de gratificación que produce tu cerebro llenando tu cuerpo de neurotransmisores.

¿Y tú qué opinas? ¿Crees que podemos hacer algo para tomar el control o estamos sometidos al arbitrio de nuestro destino?

No dudes en dejar tu opinión en los comentarios.

Mientras tanto: agradece que no es poco.

Categorías: Artículos psicologíaEtiquetas: , , , , , , ,

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: