
Hoy debería ser un día de celebración, una efemérides esperanzadora y llena de vida. Pero, por desgracia, es un día que sirve para darnos un tirón de orejas por ser la especie más destructora que habita el planeta. El tiempo se agota. No es pesimismo, por desgracia es pura realidad. Los niveles de emisiones derivados de combustibles fósiles y los consecuentes gases de efecto invernadero siguen incrementándose sin control. Es hora de pararlo y no podemos esperar a que sean los políticos y las grandes corporaciones los que lo hagan, sino que debemos poner cada uno nuestro granito de arena.
Actuaciones particulares
Todos podemos contribuir con nuestras acciones, las cuales pueden parecer pequeñas, pero sumadas son muy grandes. Cada uno de nuestros gestos es fundamental, no debemos restarle importancia con la típica premisa de «por una vez no pasa nada» porque ese «por una vez» de muchos millones de personas son muchos millones de veces. Así que, si tienes un plástico y no tienes un contenedor específico de ese material a mano, guárdalo para cuando lo encuentres.
¿Qué tipos de acciones podemos llevar a cabo? Primero veamos las más fáciles:
- Las 3R: reduce, reutiliza y recicla. Tenemos que dejar atrás la cultura del usar y tirar porque eso está dejando una huella casi indeleble en el planeta. Si vas a tomarte un café para llevar, por poner un ejemplo, llévate un termo o un vaso reutilizable, es algo sencillo. Con el uso de las mascarillas, los desechos se están multiplicando de forma exponencial. En unos años veremos las consecuencias.
- Un clásico: usa más el transporte público, camina, ve en bicicleta. Si escoges una de las dos últimas opciones, no sólo es bueno para la salud del planeta, sino también para la tuya. Un 2×1 de manual.
- Apaga las luces cuando no las estés usando.
- Gradúa la calefacción a una temperatura adecuada.
- Compra productos de proximidad, para evitar o, mejor dicho, contribuir a reducir los transportes de largas distancias.
- Controla la cantidad de gel, champú o pasta de dientes que usas porque, aunque no lo creamos, contaminan el agua.
- Usa el agua estrictamente necesaria. Mientras te enjabonas en la ducha, cierra el grifo. No es tan difícil.
- Utiliza productos ecológicos pero, ¡cuidado!, no siempre los productos que dicen ser ecológicos lo son.
- Lee las etiquetas de los productos que compras. Aquellos que llevan aceite de palma tienen detrás una devastadora historia de destrucción de bosques y, por lo tanto, de especies animales que viven en esos bosques.

OTRAS ACTUACIONES:
- Instala placas solares en tu vivienda. Yo lo hice hace casi ya dos años y es una decisión de la que me siento muy orgullosa. Generan de manera suficiente la electricidad que demanda la vivienda y sobra, especialmente entre primavera y finales de otoño. Una vez conseguido verter el excedente a la red (lo que no fue fácil porque las compañías ponen muchos y variados obstáculos), la capacidad de generar electricidad se multiplica porque pasan de trabajar únicamente cuando tú enciendes algún aparato, a hacerlo de sol a sol. Además, no es algo tan caro como puedas creer. Lo que sube el precio son las baterías o acumuladores, si es que quieres complementar tu instalación.
- Instalación de geotermia y otras opciones para calefacción más sostenible.
- Coches híbridos o eléctricos. Eso sí, no es oro todo lo que reluce, porque la fabricación de las baterías de este tipo de coches es contaminante.
- Cuida el aislamiento de tu vivienda. Hay sistemas relativamente económicos que te inyectan dentro de las paredes un material aislante y que favorece que la temperatura interior se mantenga dentro de unos márgenes más o menos estables.
- Contribuye con una ONG que se preocupe del Medio Ambiente. Yo estoy con Greenpeace y con Rainfer. Elige la que más se adapta a ti y conoce sus acciones.
Si tienes hijos o hijas, conviértete en un ejemplo para ellos. Si tu amas nuestro planeta, ellos también lo harán. Genera conciencia y pensamiento crítico desde muy pequeños para que podamos revertir la situación. Al fin y al cabo, ellos son los que van a heredar las consecuencias de las acciones de las generaciones precedentes.
CUIDEMOS NUESTRO PLANETA, ES NUESTRA CASA. ¿TE HAS PARADO IMAGINAR LO QUE SERÍA NO TENER HOGAR?
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