Longevidad


Photo by Jordan Benton on Pexels.com

Recientemente en el maravilloso y longevo (no es casual aquí la palabra) programa Informe Semanal de la 1 de Televisión Española echaron un reportaje maravilloso. En realidad, fue uno de tantos, porque si algo destacaría de este programa es precisamente su calidad.

En este caso, el reportaje hablaba de la esperanza de vida y de cómo las personas de más de cien años han dejado de ser un rara avis para convertirse en algo casi común. De hecho, España en concreto es uno de los ocho países del mundo con más personas en este rango de edad, siendo Japón el rey indiscutible en esta estadística. Supongo que los habitantes de Okinawa engordan mucho esta estadística.

Existe una abundante literatura científica acerca de qué tipo de estilos de vida nos ayudan a tener una mayor esperanza de vida y, no sólo a eso, sino a llegar en las mejores condiciones posibles a edades avanzadas. La alimentación no se le escapa a nadie que es un elemento fundamental, tal vez el pilar en torno al cual gira todo lo demás, pero ni mucho menos es lo único. Cuando hablamos de hábitos de vida saludables nos referimos habitualmente a nuestra salud física pero, ¿qué hay de nuestra salud emocional y mental?

Photo by Vlad Cheu021ban on Pexels.com

La práctica habitual de ejercicio físico, beber agua, mantenerse activo a distintos niveles, cultivar relaciones personales enriquecedoras, alejarnos de hábitos tan intoxicantes como el tabaco o el alcohol, así como aprender cosas nuevas e introducir cambios en nuestro día a día son algunas de las claves a tener en cuenta en nuestra forma de vivir. Y leer, leer mucho, una de las pocas actividades que, valga la redundancia, activan todas las áreas de nuestro cerebro al mismo tiempo, según sostiene la neurociencia.

En artículos sucesivos, desglosaré cada una de ellas para mayor profundización. En este que estás leyendo ahora mismo, quiero destacar lo que me llamó la atención ayer de este reportaje. Por un lado, el buen estado general de las personas que entrevistaban de esta edad. Por otro lado, el nexo común entre ellas de esa vida activa hasta el final. Y, por último, su actitud, alejada del pesimismo derrotista y del miedo a la muerte, una actitud que rebosaba ilusión y ganas de vivir porque, mientras estén aquí, lo van a disfrutar con los cinco sentidos.

Me encantó como uno de ellos, un prolífico artista de 85 años, comentaba lo siguiente (de forma aproximada, porque no recuerdo las palabras literales) en relación a sus esculturas: «lo que uno cuenta con más de ochenta años no lo puede contar cuando es más joven. Además, estoy en un momento en que lo que hago quiero hacerlo bien, no por los posibles beneficios u opiniones de otros, sino por que esté bien en sí mismo, de manera intrínseca».

¿Creéis que llegados a cierta edad nos liberamos de ciertas ataduras? Me encantaría conocer vuestra opinión. Deja tu comentario más abajo o cuéntamelo a través del mail o mis redes sociales.

GRACIAS POR LEER

Suscríbete para no perderte las novedades..

Categorías: Artículos psicologíaEtiquetas: , , , , , , , , ,

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: